Glomerulopatías secundarias a enfermedades sistémicas

J. Rojas-RiveraaA. BarataJ. Egidoa
La nefropatía diabética (ND) es una complicación grave y frecuente de la DM tipo 1 y 2 y representa la primera causa de enfermedad renal crónica terminal (ERCT). La progresión de la ND es continua y, en ausencia de tratamiento adecuado, progresa desde estados precoces de hiperfiltración y microalbuminuria a proteinuria en rango nefrótico y deterioro grave de la función renal, que generalmente desencadena ERCT. El tratamiento más adecuado implica controlar todos los factores de riesgo cardiovascular y de progresión de la nefropatía, con especial énfasis en el control de la hiperglucemia y de la tensión arterial. Las VAA son enfermedades autoinmunes, potencialmente fatales, que característicamente lesionan vasos pequeños del riñón y del pulmón (capilaritis). Son más frecuentes en pacientes mayores, caucásicos y en regiones de climas fríos. Su patogenia no está totalmente definida, aunque los ANCA tienen un papel importante demostrado en modelos experimetales. El patrón c-ANCA es específico para la proteinasa 3 y es más frecuente en la GW, mientras que el patrón p-ANCA indica mieloperoxidasa, más frecuente en la PAM. El compromiso renal es más frecuente y grave con la PAM que con la GW. En caso de compromiso renal, pulmonar u ocular importante, el tratamiento debe ser iniciado de forma precoz con glucocorticoides en dosis altas y ciclofosfamida, preferentemente por vía oral (menos probabilidad de recidiva). El diagnóstico de amiloidosis renal requiere detectar la proteína monoclonal en suero u orina y la demostración del amiloide en la biopsia renal, donde casi siempre afecta a glomérulos, intersticio y vasos. El hallazgo característico es la birrefringencia verde manzana con la tinción rojo de Congo bajo la luz polarizada, pero la inmunohistoquímica permite detectar la composición bioquímica del amiloide. El pronóstico de la amiloidosis secundaria o AA es mejor que la amiloidosis AL, con una supervivencia promedio de más de 10 años. En estos casos, el tratamiento de la enfermedad inflamatoria de fondo puede mejorar la disfunción del órgano afectado. La crioglobulinemia asociada al virus C es una vasculitis de vasos pequeños y medianos que afecta sobre todo a la piel, los riñones, los nervios periféricos y las articulaciones. Su diagnóstico requiere un síndrome clínico asociado, la presencia de crioglobulinas, la serología y/o la carga viral positiva para el VHC y la biopsia renal del órgano afectado con los hallazgos de vasculitis. La afección renal más frecuente es una GNMP. La hipertensión grave es una característica importante. La progresión a enfermedad renal terminal es infrecuente. La nefritis lúpica clínicamente puede variar desde anormalidades urinarias asintomáticas hasta un síndrome nefrótico florido con deterioro de la función renal y necesidad de soporte dialítico.

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